Oficio y parte del equipamiento escénico que tiene por objetivo reforzar y mejorar la acústica del recinto y hacer llegar al espectador, en cualquier punto de la sala, una mezcla adecuada de la señal producida por las voces, los instrumentos y las pistas de la banda sonora de un espectáculo.
El sonidista se encarga de realizar estas funciones, teniendo especial importancia el manejo de la mesa de mezclas y los procesadores durante la prueba de sonido y durante el concierto o la representación.